F de Fútbol y de Felicidad

Domingo siete de junio son las siete y media de la mañana.

La noche de ayer fue larga y acabé durmiendo muy entrada la madrugada. Se escucha una voz al fondo: Papi, Papi... Ya se ha despertado la peque. Me levanto porque quiere desayunar en otra ocasión tendría una cara de circunstancia por haber dormido poco pero hoy me levanto con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Qué tendrá el fútbol para que sea capaz de cambiar nuestro estado de ánimo? Ayer mi Barça, nuestro Barça conquisto su quinta Champion. Lo hizo brillantemente demostrando que es el mejor equipo de la actualidad. Lo hizo ante un rival de solera y con un orgullo de campeón.

Muchos de vosotros, los más jóvenes pensarán que siempre fue así. Pensarán que el Barça siempre fue sinónimo de ganar títulos y más títulos. Pero hay una generación de barcelonistas que vivimos en el desierto. Donde cada año recomenzábamos con ilusión de ganar una Liga porque ni siquiera jugábamos la Copa de Europa (ahora llamada Champion) porque en esos momentos solo el campeón de Liga la podía jugar. Eran años muy tristes porque año tras año todo acababa en fracasos estrepitosos. La muchos años por un ambiente auto destructivo y pesimista que tenía la parroquia culé que nos hacía suicidarnos si había cualquier inconveniente y otra por el poder estamental que el Real Madrid tenía para que siempre hubiera piedras en nuestro camino. Como nuestro amigo Miguel Angel del programa El Penalti demuestra en su blog. Fueron tiempos de desengaños, de frustración, de desesperación y de escarnio y burlas madridistas. Si hay un anti-madridismo a flor de piel en nosotros es por aquellos abusos y aquellas mofas. Pero hoy todo es historia, aquella maldita etapa ya terminó hoy somos por quinta vez campeones de Europa, lo escribo y mientras lo hago un cosquilleo sobre mi cuerpo hace que el vello de mi piel se erice. En aquellos tiempo nunca pensé que viviría semejante gloria de mi equipo y ver como la frustración ha tomado el puente aéreo y se ha ido a vivir de modo permanente en Madrid. Ver ayer como celebraban el gol de la Juventus o discuten de un penalti en contra de ellos más incluso que los mismos italianos demuestra el nivel de desesperación que tienen.

Hoy soy feliz, en unos momentos tan convulsos socialmente, de tanta crisis de valores, de tanto corrupto, poder disfrutar de un juego y disfrutar de una victoria de unos colores que son los que siento muy dentro de mi corazón. 

Ver a Xavi despedirse de esa manera levantando la orejona, en la cima, con el reconocimiento mundial a una gran carrera, una carrera totalmente blaugrana también hace que esta Champion sea especial. Al fin despedimos a nuestras leyenda como se merecen, demostrándole nuestro cariño, dándoles su lugar en el Olimpo azulgrana.

Le doy gracias a Dios por permitirme vivir estos momentos que nunca pensé que llegarían, por tener al mejor jugador del planeta en nuestro equipo, por sentir estos colores tan dentro de mi y por poder disfrutarlos con todos vosotros. Gracias Barça por existir.