Terminó el Clásico, hemos ganado, ellos han perdido. ¿Me siento feliz? La respuestas es No, o al menos no totalmente. ¿Qué me ocurre? Acabamos de ganar a nuestro eterno rival, acabamos de distanciarlo a seis puntos, Neymar nuestro nuevo y flamante fichaje ha sido decisivo y es ilusionante ver como está entrando en el esquema del equipo. Alexis que hasta hace poco era nuestro espina clavada ha marcado el gol decisivo con una bellísima vaselina. ¿Entonces porqué no estoy feliz del todo? Y la respuesta tiene un nombre y un apellido: Pep Guardiola.
Al acabar el partido y la tensión que siempre padezco cuando llegan estos enfrentamientos comienzo a reflexionar que quizás lo mejor de nuestra vida, futbolisticamente hablando ha pasado. Venimos del cielo futbolístico que nuestro profeta Guardiola nos llevó hace ya unos años y hemos bajado de nuevo para ser terrenales. Somos un equipo más, quizás el mejor de los equipos actuales, aunque viendo a Bayern no lo tengo tan claro. Pero ya no somos ese equipo que te deja sin respiración al verlo jugar. Ya no somos ese equipo que aplasta futbolistica y moralmente al contrario. No solo con goles sino con una forma de jugar que seduce, emociona e hipnotiza por artes iguales. Ayer cuando ví a Piqué pegar un patadón para despejar un balón me di cuenta que ya no estamos en el cielo. Hemos bajado a lo terrenal, quizás ese patadón es lo más practico que se tenía que hacer en ese momento. Pero nosotros jugabamos el balón hasta el último momento, y si por hacerlo encajabamos un gol era una penitencia que debíamos cumplir por ser fieles al estilo. Ahora somos más prácticos pero siento como una traición a nuestra religión.
El "malvado" de Guardiola no solo nos llevo a ganarlo todo , sino nos mostró LA FORMA ejemplar que te satisface plenamente al hacerlo. Y estamos muy lejos de las tres joyas de la Corona. Fueron muchos momentos inolvidables pero para mí tres fueron y serán los que más me impactaron.
1) La Manita al Real Madrid:
Y no solo por la goleada que ya un cinco a cero es humillar al rival sino por la forma de conseguirlo. Un aplastamiento de juego y una humillación en toda regla. Con un partido apabullante de principio a fin. Y ver la cara del impertinente Mourinho no sabiendo que hacer fue un momento mágico.
2) Final de Wembley al Manchester.
Un Manchester pletórico con ganas de revancha por la final de Roma fue avasallado por un Barcelona de otra Galaxia. Campeones de Europa. Metimos tres pero si hubiesen hecho falta cinco, cinco hubiera entrado. Contra el más fuerte del momento ganamos y maravillamos.
3) Final del Mundial de Clubs contra el Santos.
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Pep manteado tras el 4-0 a Santos. |
Para mi el cimat del fútbol. Quizás no era el rival tan fuerte como otros. Pero lo que representó esa final fue la culminación de una idea. De control de juego, el súmmun, solo centrocampistas ofensivos dedicados a acariciar el balón sin que el rival pudiera oler siquiera donde andaba. Y goleando pero sobre todo dando una lección de fútbol que quizás nunca un equipo brasileño haya recibido.
Y después de llevarnos al extasis Guardiola se nos va y como dice la canción de Arjona "me enseñaste de todo excepto a olvidarte". Y estamos como cuando has vivido el romance más apasionado con la mujer más bella y ardiente, donde has vivido noches de pasión, lujuria, desenfreno. Pero todo se acabo y ahora estas con otra, es guapa sí, tenemos buen sexo sí, pero no sientes aquella desbordante pasión que embriagaba tus sentidos. Maldito Guardiola que nos diste a beber del elixir de los Dioses y ahora debemos conformarnos con bebidas terrenales. Maldito Guardiola que nos transformastes en Dioses Futbolisticos y ahora solo nos sentimos Reyes. Maldito Guardiola que nos hiciste vibrar de tal manera que ahora apenas se nos eriza la piel. Maldito Guardiola te odio por lo que estoy pasando, Pero te amo por lo que viví. Maldito Guardiola vuelve y devuelvenos al cielo.